Cuando yo era pequeño y
mi práctica deportiva no pasaba del fútbol o baloncesto extraescolar escuché
por la televisión una idea que quedó dentro de mí, creo que para siempre: “La
mente debe abstraerse en para continuar adelante”. Intentaré resumir, como debe
actuar la cabeza en el caso de deportistas de largas distancias para conseguir
una mejora de rendimiento y evitar problemas ocasionados por la falta de
mentalización. Todo ello en dos partes: La mente antes de la carrera y durante
la misma.
La mente antes de la carrera. Los deportes a los que intentamos
referirnos, requieren básicamente esfuerzos individuales y a largo plazo. Nadie
puede pretender preparar una maratón en 15 días. Como tampoco se debe depender
de un compañero o amigo para salir a correr. Estos dos factores deben ser
compensados con una motivación
inquebrantable y una mente espartana.
Tener claro el objetivo y conocer los pasos que se deben dar hasta llegar a él
con éxito te ayudarán a ello. En segundo lugar, este periodo debe servir para
completar un buen conocimiento sobre nosotros mismos y nuestro cuerpo. Esto
podemos extrapolarlo a casi todas las facetas de la vida. Factor clave conocer
nuestros límites y puntos débiles, así como los terrenos donde destacamos. Y
por último, será necesario asumir que el camino no será sencillo. Como ya he
dicho, un triatlón o una carrera de 200 Kilómetros en bicicleta, se prepara en
varios meses. Debemos asimilar que correremos bajo la lluvia, nadaremos con
frío o pedalearemos con el viento en contra. He podido comprobar que la mente,
disfruta hasta cierto punto de ese sufrimiento. Mentalidad durante el esfuerzo
Ha llegado el día y
estamos dispuestos a poner a prueba nuestro físico, pero sobre todo nuestra
mente. Respetemos el orden que dictan los grandes, levantas de la cama y tu
cabeza debe ir enfocada hacia dos aspectos: controlar los nervios y observar el
reto con mentalidad positiva. Cada persona es
totalmente diferente a la hora de afrontar este estado. Como ya hemos
dicho: Autoconocimiento es la clave. Este “lastre” de ganas e impaciencia será
suplido en la línea de salida por un repaso a la estrategia diseñada y una concentración
en ella. Y por fin llegamos a las sensaciones no tan agradables. La prueba está
llegando a su fin. Normalmente no te suponen nada esos 10 Kilómetros pero hoy
te parecen un mundo. En mi caso, abstracción es la llave que abre esa puerta.
Nuestra mente es capaz de bloquear el resto del cuerpo en condiciones extremas
como las que estamos viviendo. Hay que evitarlo a través de la distracción.
Hasta ese momento servían los gritos de ánimo y las arengas de los compañeros.
Ahora hay que olvidar todo ello. Desvías la atención, repasas todo lo que
hiciste el día anterior, la letra de la canción que suena en tus auriculares o
la receta de tu postre favorito. Da igual, durante esos tres o cuatro minutos
tus piernas han hecho los kilómetros sin darse cuenta. En definitiva, la mente
es extremadamente compleja, pero se la puede engañar. Al propio David Meca le
he escuchado decir que es difícil
establecer un punto límite para el esfuerzo de nuestro cuerpo. Porque nuestro
poder sobre los pensamientos son capaces de variarlo.
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